La reciente sentencia T-323 de 2024 sobre la regulación de la Inteligencia Artificial (IA) en Colombia abre el debate sobre su uso en el ámbito judicial.
Entre los puntos destacados de la sentencia se incluyen la necesidad de supervisión humana en decisiones críticas y la implementación de protocolos claros para el manejo de datos sensibles.
El fallo también enfatiza la importancia de la capacitación continua para los profesionales del derecho, asegurando que puedan integrar la tecnología de manera ética y efectiva.
Ver Reel: Paula Romero, Abogada Asociada